Siete consejos para evitar que te roben la moto

A pesar de que sea un vehículo tan expuesto, mejor disuadir que lamentar.

Ya se sabe: los vehículos de dos y tres ruedas son los más expuestos para los amigos de lo ajeno. Y los motoristas saben bien los riesgos que supone dejarlos en la calle. ¡Incluso, cualquier accesorio demasiado ‘goloso’ puede desaparecer en cualquier momento! Pero ¿hay que renunciar por ello a este tipo de movilidad? en absoluto. Eso sí, conviene tener en cuenta este práctico… y estos 7 consejos para evitar que te roben la moto. 

Hay que actuar con discreción para no engolosinar demasiado a los ladrones. Y aunque te digan que «si van a por tu motocicleta o ciclomotor no habrá nada que lo impida», lo cierto es que cuanto más difícil se lo pongas, mejor.

Así que, aunque vayas a estar poco tiempo haciendo una gestión, por ejemplo, no dejes nunca el motor en marcha ni escatimes a la hora de bloquear la dirección. Ojo también con unir el chasis o una de las ruedas a una farola o un banco: algunos municipios prohíben atar las motos al mobiliario urbano.

Y como consejo general, recuerda: todo lo que sea disuadir el mal siempre será un punto a tu favor. Aquí van unos trucos.

1 Lejos de la calzada

Las tiendas y restaurantes con reparto a domicilio lo saben bien: es mejor dejar sus motocicletas y ciclomotores con algún tipo de barrera física respecto a la calzada, especialmente, si se trata de motos ligeras (de 49 cc y 125 cc, estrellas en este tipo de establecimientos).   

Esto se debe a que este tipo de vehículos se pueden levantar entre una o dos personas. Y aunque tengas un dispositivo antirrobo en una de las ruedas, se podrían llevar tu moto levantando la otra o las dos ‘a pulso’.

Otra de las técnicas consiste a veces en poner un tablón en una furgoneta y empujarla con la rueda bloqueada en el aire. Los cacos más sofisticados llegan a usar una pluma (grúa) para llevarse varias de las aceras.  

Las motos grandes tienen menos problema con eso, pero recuerda que, para llevarlas por la acera hasta su lugar de estacionamiento, también debes apagar su motor y arrastrarlas a pie. 

2 Evita lugares poco transitados

Una cosa es la discreción y otra, ponérselo demasiado fácil a los ladrones aparcando en el escenario de esta foto.

Como ves, además de estar invadiendo una zona peatonal y dejar poco espacio para los viandantes respecto a la calzada, estacionar en sitios muy apartados o poco iluminados propicia las gamberradas, la desaparición de piezas, los robos e incluso los atracos. Ten en cuenta que un motorista es especialmente vulnerable en el momento de ponerse el casco y los guantes, desbloquear la dirección… 

3 No aparques en el mismo sitio

En una de las calles cerca de la redacción, un scooter como el de la imagen se pasó varias semanas inmovilizado. Cualquiera podía constatar que no se usaba y que cuando el dueño se decidiera a hacerlo, tendría que cambiar la batería e hinchar los neumáticos, como mínimo.

Así que pronto empezaron a desaparecer piezas, hasta que se llevaron la moto entera por entregas. Al final, sólo quedó el candado con la rueda atado a una farola. 

4 Cuida su aspecto

Aunque te parezca mentira, este truco práctico es uno de los 7 consejos para evitar que te roben la moto más importantes y, en ocasiones, barato. 

Sin pasarte de la raya y convertir tu vehículo en un objeto de deseo demasiado ostentoso, sí que conviene cuidar su aspecto, que dé la impresión de que lo mueves a diario y que en cualquier momento puedes aparecer para usarlo. 

A veces basta con pasarle un trapo al asiento, cuadro y manillar. Sin embargo, el ciclomotor que ves en la imagen da la impresión de no moverse hace mucho tiempo: suciedad, neumáticos bajos de presión, piezas decoloradas y, sobre todo, las malas hierbas que han crecido a su alrededor. 

5 Garaje

Evidentemente, tener un garaje propio sería lo ideal para proteger más tu moto en todos los aspectos (mecánicos, estética, relacionados con la seguridad…). Pero si tienes uno relativamente cerca de casa (si no, sólo te servirá para motocicletas de escapadas, no de uso diario), no dejes de plantearte la posibilidad de alquilar una plaza. 

Aunque parezca que a priori te va a disparar los gastos, echa números porque es posible que con ello puedas ahorrarte un buen dinero en la prima del seguro. Y siempre será una garantía mayor de no quedarte sin moto cuando menos te lo esperes. 

Por cierto, aunque alquiles una plaza, no escatimes las medidas de seguridad en el garaje, también: bloquea la dirección y hazte con algún sistema antirrobo de los del punto siete, por si acaso. 

6 El coche como antirrobo

Si no te importa tener que moverlo para sacarla, el coche puede ser un buen consejo para evitar que te roben la moto. Esto es muy recomendable si tienes una motocicleta de recreo -fines de semana-, una clásica que estés restaurando y no vayas a usar a diario… Así, el ladrón que quiera llevársela se lo pensará dos veces ante la dificultad extra que esto supone. 

En los garajes comunitarios, a veces se plantean problemas de cara a los seguros en caso de siniestros, por aquello de estar estacionando dos vehículos en una misma plaza. En principio: 

• Si la plaza es en propiedad: no debería haber inconveniente siempre que no te salgas de los límites que te correspondan. 
• Si la plaza es alquilada: aquí sí que este truco podría quedar invalidado. 

En ambos casos, el seguro de cada vehículo debería ser suficiente para afrontar cualquier imprevisto. Pero conviene que siempre consultes tus pólizas y los estatutos de tu comunidad de vecinos..  

7 Usa uno o más antirrobos

De nuevo, todo lo que sea complicar las cosas a los ladrones es positivo. Además del bloqueo de la dirección, usa al menos uno de los muchos dispositivos antirrobo que hay en el mercado. Y aunque te parezca ridículo, antes de marcharte, revisa que llevas las llaves contigo: si se te caen al lado o te las dejas puestas (pasa mucho más de lo que crees), ¡no habrá nada que te salve! 

• Cadena: se trata de uno de los sistemas más antiguos, aunque no siempre el más efectivo debido a la accesibilidad del candado que requiere. Si es muy gruesa, será más difícil que la puedan cortar con una cizalla, pero añadirá mucho peso a tu moto cuando la guardes y tengas que llevarla encima. 

• Cadena tipo pitón: uno de los sistemas más conocidos. Permite más flexibilidad para atar la rueda a otro elemento de la moto o incluso al mobiliario urbano (allí donde no esté prohibido).

• Horquila: A veces plantea dificultades en su transporte y no suele poderse atar a nada. 

• Pinza de disco: más cómoda, pequeña y ligera que otros dispositivos a la hora de ponerla, quitarla y transportarla. Pero ojo: al principio es demasiado fácil dejársela puesta y empezar a circular. 

• Candado de combinación: ideal para hacer gestiones y despreocuparse de llaves (sobre todo, si tienes una moto con sistema ‘keyless’ que te permita llevar la llave/mando siempre en el bolsillo). Lo malo es que son más vulnerables y el grosor de la cadena suele ser pequeño, igual que los que son de esas proporciones y funcionan con llave convencional.  

• Alarma: nunca está de más, aunque la moto duerma en garaje, que un dispositivo te avise de que alguien o algo está moviendo tu vehículo. 

Noticia original de autobild.es